Esas estrofas, de la «Canción de Alicia en el país» (1980, Serú Girán), vuelven a resonar en aquellos que pasamos los 50 años, en una Argentina ciclotímica y mitómana.
El 1 de febrero de 2025, se desarrolló, principalmente en CABA (ciudad autónoma de Buenos Aires), la «Marcha Federal» en contra del racismo, la xenofobia, la homofobia, el no reconocimiento al femicidio, entre otros, graves lesiones a las «Libertades Civiles», que rigen en la Constitución Nacional, el «Pacto de San José de Costa Rica», y otras normativas del Derecho Nacional e Internacional.

El presidente de la Argentina, Javier Milei, visitó el Foro de Davos, donde vinculó la homosexualidad con la pedofilia y arremetió contra la agenda ‘woke’ y los movimientos feministas. Logrando el repudio de muchos ciudadanos (que incluso lo votaron, sospechamos, en diciembre de 2023), y que, generó una movilización social (sin distinciones), dónde se encontraron: trabajadores, padres, madres, hijos, abuelxs, estudiantes, comerciantes, «Argentinos», que ya se cansaron de «escuchar una plataforma política (discurso)» que solo tiene como objetivo agredir, violentar y despreciar a todos aquellos (minorías y mayorías), para dejarlos sin coberturas, derechos, garantías, y solamente «obligaciones».
Javier Milei, tenía que ir buscar recursos económicos, inversores, dinero ingresante para la Argentina, en Davos, pero «su Cortina de Humo», patrocinada por la dupla Caputo-Sturzenegger, fue la misma desde que asumió: utilizar un discurso violento, agresivo-pasivo y pro-nazista, para poder desviar la mirada de todo aquello que, económicamente, va poniendo a más argentinos debajo de la línea de la pobreza, en la indigencia y en condiciones de vida infrahumana (ejemplo: en cualquier ciudad del país, se pueden ver, familias viviendo en las calles, sumergidas en los contenedores de residuos, buscando alimentos o algo para canjear o vender, y sobre vivir).

Javier Milei, usó el discurso de Juan Bautista Alberdi, usó al PRO y a la UCR, y usó al grueso de la «clase media» (te usó a Vos), para llegar a la presidencia de la Argentina, satisfaciendo su ego, sus intereses (y los ajenos), generando riqueza para él y «los suyos». Eso es lo único y lo más importante. Sigue reduciendo al «Estado», pronto quedará de «guardia» lo mínimo e indispensable; y todos los argentinos, aprenderemos a vivir con la «Ley del Antón Pirulero», y todos somos cómplices: periodistas (sobre todo los «monederos»), docentes, médicos, abogados, ingenieros, sacerdotes, rabinos, shecks, ateos, policías, fuerzas armadas, sindicatos, letrados e iletrados…
Una mujer, ya entrada en años, peinando, orgullosamente sus canas, caminando con dificultad apoyada en un bastón, desafiando la extrema temperatura de calor, que atravesó a la «Marcha Federal» del 1 de febrero, conversó con este editor, y sostuvo: «-Los argentinos somos agresivos… ¡Pero pasivos! ¡Si los dejamos, nos quedamos sin nada!». Cuánta sabiduría. Hoy, la Argentina, está expuesta a la colonización del país mejor preparado (militar, económica, cultural y socialmente), ya sea vecino, o foráneo.
Mientras tanto, en «El Bolsón» el fuego es interminable y, en la agenda del gobernador, del intendente, y del presidente de la Nación, pedir ayuda internacional, «no es una opción».
La Argentina, arde, lenta y dolorosamente.
Fuente: Editorial lasemana.news
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