«Pagar expensas, no sirve de nada.»
Llega a nuestra redacción, una nueva denuncia, esta vez de los habitantes de un edificio en pleno centro-norte, de la ciudad de San Miguel de Tucumán, quiénes, a pesar de pagar en tiempo y forma las expensas del «consorcio» (que se encuentra en formación), ya que los propietarios no poseen las escrituras correspondientes, pues el mismo no tiene «final de obra», pero sin embargo hace años que se encuentra habilitado por la Municipalidad de la ciudad capital para el uso habitacional del mismo (una de las tantas irregularidades más que posee el municipio en cuestión; esta vez, las supuesta administración, no brinda el servicio básico del agua potable como corresponde, entre otras cosas.

Mariana H. nos hace llegar su denuncia (vía mail: lasemana.news.ar@gmail.com) en la que nos cuenta que, en el edificio que administra, un supuesto abogado, de apellido Pillitteri & Asoc., (todos son «asociados» -quizás ilícitamente); varios días a la semana sufren de la falta del líquido y vital elemento (agua potable) en todos los departamentos y pisos del mencionado edificio. Ante las quejas de algunos vecinos, o preguntas de los mismos sobre el origen o la solución de dicho problema, el silencio del administrador es absoluto. Nunca responde. Se escuda en el «Encargado/Portero» quién da, las escasas respuestas que el dice conocer.
Lo cierto es que, con las altas temperaturas estivales, la necesidad de cocinar, higienizarse, hidratarse, tener a disposición un servicio elemental resulta imprescindible, Mariana H., junto a los vecinos que conforman el «pre consorcio», deben juntar (en el momento que sale poca agua), el líquido en baldes y bidones, como en la época de la colonia.

A pesar de todo ello, las expensas no bajan de precio, y este mes estuvo abonando cerca de $30.000, sin contar con terraza, pileta, ni quincho, ni asador, ni amenities (que es lo mínimo que cualquier edificio en la actualidad ofrece).
¿Hasta cuándo deben, los vecinos seguir sufriendo todo este maltrato pago? Esa es la incógnita. En un Tucumán, dónde la trampa y la estafa es moneda corriente.
Fuente: Redacción lasemana.news
Denuncias a: lasemana.news.ar@gmail.com