El día que a Steve Jobs, le dijeron «No», y «lo rechazaron».

Historias que enseñan hasta dónde podemos llegar.

A mediados de los años 70, Steve Jobs y Steve Wozniak construyeron un prototipo revolucionario: un ordenador personal, pequeño, funcional y diseñado para que cualquier persona pudiera tener uno en casa.

Jobs estaba convencido de que el futuro era personal, no corporativo.

Así que presentó la idea a Hewlett-Packard, la empresa donde trabajaba Wozniak.

La respuesta, del directorio, fue fría y cortante: “-No creemos que alguien quiera tener un computador en su casa.”

Eso era todo.

No hubo debate.

No hubo visión.

Jobs no insistió.

No trató de convencer a quien no quería mirar hacia adelante.

Simplemente fundó Apple.

El «Apple I» vendió cientos de unidades.

El «Apple II» transformó la industria.

Y en menos de una década, Apple valía más que HP.

Esta historia no es solo sobre tecnología.

Es sobre lo que pasa cuando te atreves a pensar diferente, aunque el mundo entero te diga que estás equivocado.

Señores, las grandes ideas no necesitan permiso. Solo necesitan decisión.

Fuente: Ing. Walter Ocañana, para la Redacción de lasemana.news
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