El Consejo «De»Lirante de la ciudad de San Miguel de Tucumán, en connivencia con la Intendente, Rossana Chahla, van cavando más la fosa, para la tumba de la actividad taximetrera.
«El futuro llegó hace rato.
Todo un palo, ya lo ves.
Veámoslo un poco con tus ojos.
El futuro ya llegó».
La nuevas tecnologías, las nuevas aplicaciones, la globalización y el progreso, deja en off-side, a los inútiles funcionarios tucumanos.
Reza la letra de la canción «Todo un palo» de ‘Patricio Rey y su Redonditos de Ricota’, del año 1988.
Con una perspectiva «visionaria», 36 años después, «la profecía de los Redo» se cumple, y se viene cumpliendo, aunque los inútiles (reiteraremos este adjetivo varias veces), de los infuncionarios de la provincia de Tucumán no lo hayan notado.
Esta vez, es el turno del servicio público de pasajeros, conocido como taxímetros; reemplazados, en menos de 365 días, abrumadoramente por dos aplicaciones que pisan fuerte en la ciudad de San Miguel de Tucuman: Uber y DiDi, el taxi (como en un tiempo le sucedió a su fundador, el transporte de coches tirados por caballos, llamado «Mateo»).
Estadísticamente, el 98,5% de los pasajeros que solían usar el servicio que controlaba el SUTRAPPA, asegura estar utilizando las aplicaciones anteriormente mencionadas, motivos: 1. Seguridad; 2. Rapidez en la respuesta al pedido; 3. Control de precios (sin intervención del gobierno); 4. Vehículos en muy buenas (y excelentes) condiciones); 5. Muy buena atención y cortesía de los chóferes; entre otros ítems. Sin dejar de lado la opción de viajes en motocicletas, lo que reduce el volumen del tránsito, como así también, la contaminación ambiental del centro capitalino.
Sin embargo, la Sra. Intendente de la ciudad de San Miguel de Tucumán, junto a su maravilloso gabinete, como a los ediles del «Consejo Delirante», lo único que pudo lograr, frente a «el futuro llegó», fue elevar las tarifas de los taxímetros, aumentarles los cánones, obstaculizar y no controlar (como rigen las normas) la actividad, es decir, firmó la sentencia de desaparición y extinción de la actividad en forma lenta y paulatina, algo que a todos los infuncionables del municipio capitalino les debe generar muchísimo placer, ya que una de las cualidades de «nuestros representantes» (desde la época de Bernardino Rivadavia), es fundir a la Patria.
Redacción lasemana.news
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